Dirigida por Edgar G. Ulmer en 1945 es un clásico de "culto" del cine negro. En su momento tuvo buenas críticas y más tarde, en los años sesenta y setenta se consideraría una película de serie B que valía la pena ver. Aún siendo serie B tuvo éxito cuando se estrenó y a lo largo del tiempo se ha ido revalorizando hasta alcanzar la cima en la que perdura.
Un crítico actual la define así:
"Ésta película de ínfimo presupuesto, filmada en seis días, llena de errores técnicos y narración torpe, protagonizada por un hombre que sólo sabe poner mala cara y una mujer que sólo sabe burlarse, debería haber desaparecido al poco de estrenarse. Y todavía se mantiene inquietante y espeluznante, una personificación del alma culpable del cine negro. Nadie que la haya visto puede olvidarla fácilmente .
Es una obra maestra en su género. Ha habido cientos de películas mejores , pero ninguna con la sensación de perdición retratada por... Ulmer."
Por si eso fuera poco añadiré que el personaje que interpreta Ann Savage es de antología, una perfecta combinación de maldad y desidia, y ella es una de las pocas actrices de serie B que merecen un lugar en la historia universal del cine. Cuando ésta femme fatale aparece por primera vez, en su primer fotograma, una sensación de inquietud empieza a recorrerte el cuerpo y te dices uy, algo no va bien, parece que hay un giro en la trama, y sí, Detour significa eso, "desvío". A partir de ahí es un viaje.